Las exigencias de la vida cotidiana no nos permiten detenernos un momento para pensar en lo que es realmente importante y menos meditar sobre el deber que tenemos de transcender. Estrés, ansiedad, apatía aparecen como señales de que algo está pasando, pero desconocemos la forma de responder a estos avisos. Son simplemente estrategias que nuestro ser interior utiliza para avisarnos de que NO estamos cumpliendo con el verdadero propósito que hemos venido a realizar en esta tierra y que debemos conocer el Sentido de nuestras vidas para poderla valorar.
La pregunta que todos en algún momento de su vida se hacen sobre el sentido o propósito de su existencia, surge casi siempre ante la evidencia de la muerte, de la enfermedad o de una pérdida. Cuestionamos lo efímera que es la vida, pero insistimos en hacernos las preguntas equivocadas.
¿Tiene algún significado la vida? es la interrogante más usada, sin embargo cuando observamos en qué instante puede acabarse esta vida, suelen venir los arrepentimientos y los actos de confesión, pero hasta allí llega la mayoría.
Lo que no sabemos es que el Sentido de la Vida es Ella en Sí Misma, el propio acto de vivir es el valor más relevante. Desde este punto podemos ver que hemos estado negándonos a una vida plena.
Si deseamos darle sentido a nuestra existencia, debemos entender que el propósito de la vida no es otro que vivir con propósito. Esto es sentir que lo que haces tiene sentido. Si empiezas a distinguir entre lo que te gusta y te disgusta y tomas acción para quedarte con lo que realmente amas, entonces ya estarás dándole sentido a tu vida, así de simple.
Hay explicaciones que son mucho más complejas y, desde mis conocimientos, te puedo decir que requieren años de estudios para desentrañar tantos misterios que nos rodean como seres humanos, pero desde mi yo más simple y sencillo te aclaro que el sentido de la vida es eso donde te reconoces con mayor satisfacción. Es lo que hagas y te haga ser mejor ser humano a ti y a los que te rodean, será tu cometido en esta vida.
Cuando estés haciendo lo que has venido a hacer, te encontrarás dichoso, no sentirás cansancio y la inspiración será tu fuente creativa infinita. Cuando le encuentras sentido a tu existencia despertarás asombro, alegría y gozo en la gente que te vea haciendo eso que has venido a hacer. Les estarás recordando a ellos que también tienen su propósito y por eso les haces sentir bien.
Un buen modo de descubrir el sentido de la vida es observar cómo cambian tus prioridades con los años y con tu madurez. Lo que al principio podía estar fundamentado en posesiones materiales y diversión, poco a poco se va transformando en cosas más profundas, más internas. He aquí el verdadero sentido y propósito de tu vida.
Seguiremos abordando este y muchos temas más para tu crecimiento y evolución. Hasta la próxima.
0 Comments