Un nuevo nivel de percepción y consciencia ha comenzado a descender a nuestra psiquis en las últimas dos décadas, donde la energía femenina se ha abierto paso, creando una transformación en la sensibilidad que nosotros tenemos con la vida y el universo. Esta energía femenina no es algo externo o diferente a nosotros, más bien es la esencia fundamental de nuestro Ser, un aspecto reprimido a través de las duras eras previas en nuestro desarrollo, donde nos olvidamos de nuestro propósito y conexión con el universo. Este gran desbalance de nuestra esencia, nos ha llevado a forzar nuestra voluntad crudamente en el mundo y nuestras vidas. Dándole paso a la explotación del mundo y nuestros hermanos, con ello surge la insaciable sed de tener experiencias para satisfacer nuestros sentidos, llenando nuestras mentes de deseos, deseos que sin la compasión de nuestro aspecto femenino se distorsionan y magnifican cada vez más, generando la errónea idea que entre más podamos experimentar o poseer más, más feliz seremos.

Nuestro Ser está floreciendo en una nueva era para la humanidad, donde nuestra naturaleza cuántica se abre paso entre la maleza creada por la mente, destronando el ego creado por ella, permitiendo un sincronismo con el universo y con ello el retorno de la Diosa a nuestras vidas. Cuando nuestros corazones se abren disolviendo el sentimiento de separación con toda la manifestación, nos permite fluir con ella como una extensión de nuestro ser, devolviéndole la sacralidad a la vida, una vida que se llena de amor y compasión por toda su expresión. Renaciendo la verdadera felicidad que hay en cuidar, amar y nutrir la vida y el retorno de nuestra consciente capacidad de co-crear en armonía una nueva experiencia universal, la energía femenina nos abre a los misterios de nuestro Ser y nos revela el propósito Divino a nuestras vidas.

¿Pero que vemos en la superficie? Caos, anarquía, conflicto, ego y separación. Vemos un mundo donde el ego que está siendo destronado genera más de lo mismo, tratando de que pongamos nuestra atención en él, vía el miedo, separación, discordia, diferencia, dolor, sobre-vivencia, deseo y poder, porque cada vez que nos dejamos llevar de ello, el extiende en la mente la idea de individualidad y separación que son su reino. Este falso jerarca está a punto de colapsar, pero no será de una manera silenciosa. Tenemos frente a nosotros una gran tarea en esta transición, de reconocer los mecanismos previamente creados por el ego y siempre de una manera consciente transformar y transcender estas ilusiones vía el Amor. Favorece tu esencia, conecta con tu intuición y se fiel a ella para que reconozcas todo lo que se nos viene, y de esa manera abrir tu corazón a tu verdadera naturaleza, y así darle paso al Hombre Cuántico que existe aquí y ahora en ti.