¿Cuántas veces te has quejado por falta de amor?
¿Cuántas veces te has dado cuenta que diste más de lo que recibiste?
¿Cuánto añoras un amor bien correspondido?
Si estas preguntas resuenan en ti es porque necesitabas este mensaje. Hoy te hago una sincera invitación a evaluar a fondo estas interrogantes porque seguro terminarás por darte cuenta que forman parte de un patrón de conducta que traes a rastras desde tu infancia o adolescencia.
Cuando te dijeron que tenías que ganarte el amor dando al doble o, que, los finales felices son para las princesas y demás afirmaciones que se quedaron grabadas en tu mente subconsciente y se hicieron presente en tu vida adulta, mostrándote que aquello tenía que ser cierto. Si revisas un poco más, también te encontrarás con la baja autoestima, poca seguridad y confianza en ti misma y eso por supuesto redunda en falta de amor y de valoración propia.
Todos estos factores conforman un círculo que se repetirá en todas tus experiencias si no logras aceptar, primero que lo has creado tú misma/o a través de la mente y, en segundo lugar, si no logras cambiar esas creencias o pensamientos limitantes que te impiden crear una realidad acorde con tus deseos de tener una vida amorosa plena.
No hay forma de vivir feliz si no rompes con las ataduras, esas que te mantienen en un estado de estancamiento en cualquier nivel, porque eso no solo pasa con la vida amorosa, también puede pasar con un empleo, donde igualmente creías que debías ser el último en salir de la oficina para ser el mejor.
El creer que para recibir tienes a juro que dar el doble, es una falsa creencia que te han inculcado porque así lo creían tus padres, abuelos o personas más allegadas a ti, que actuaban de esa manera para poder recibir sus migajas.
Despide esos viejos patrones, adopta nuevas ideas y cree que desde que naciste, has contado con el derecho divino de ser amado/a de verdad, sin medias tintas, lo que no se parezca a esto no es amor.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion
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