Hay una vieja predica a la cual me gusta acudir para hablar de la enfermedad. Proviene de la Gran Hermandad Blanca y dice así: la enfermedad es el grito de la vida, cuando no supimos escucharla, cuando nos habló durante largo tiempo y le dimos la espalda. A la pregunta ¿Por qué nos enfermamos?, esta es la respuesta. Nos enfermamos porque no escuchamos a nuestro cuerpo hablándonos.
Dicen los maestros que la vida comienza a hablarnos bajito, suave, lento, pero cuando se cansa de insistir, se produce lo que llaman la Experiencia del Grito, que se traduce en una dura lección o enfermedad.
Cuando aparece una enfermedad siempre se supone que es por un problema físico, ajeno a nuestro dominio, pero innumerables estudios y hasta testimonios, han servido para demostrar que cualquier mal es fruto de un desbalance de nuestras energías, de un desequilibrio que hay que reparar no solo en el cuerpo físico.
Las causas que generan ese desequilibrio orgánico se relacionan con las emociones negativas y situaciones que está atravesando la persona justo en ese momento en que el cuerpo está en su peor estado. Por tanto la materia no responde porque se encuentra bloqueada y para sanar se requiere de un trabajo de transmutación de esas energías negativas.
La enfermedad intoxica de tal forma al cuerpo que nos olvidamos de enfocarnos en lo que realmente está dañando al organismo que son las emociones negativas. La rabia, el rencor, la tristeza, el miedo son emociones altamente tóxicas para la mente, pero más aún para el cuerpo por ser el receptor de las cargas que le añadimos diariamente.
Hay expertos en cada materia que pueden explicarte el origen de la enfermedad. Algunos te dirán que la enfermedad tiene su origen en las memorias, en el subconsciente, en el pensamiento, en el momento en que el cuerpo se comunica con nosotros y, para tu sorpresa, sí todos tienen la razón. Allí está la causa.
Una enfermedad en el sistema reproductivo por ejemplo puede resultar de una baja autoestima y un problema en la columna vertebral puede derivarse de las cargas que ha asumido esa persona y que no le corresponden. Así de fácil nos habla el cuerpo y qué fácil sería si hiciéramos ejercicios de silencio para escucharlo.
Cuando un individuo puede controlar sus emociones también puede controlar su estado físico porque sabe cómo actuar a la hora de que el cuerpo comience a emitir señales en forma de cansancio, leves dolores y hasta infecciones. De ahí la importancia de leer para conocer mejor nuestro organismo y con inteligencia emocional poder repararlo.
Desde el punto de vita de la Medicina Cuántica todas las células del universo forman parte de una red de energía que actúa en una resonancia llamada coherencia vibratoria, es decir, que todo se mueve de forma interconectada, pero cuando las células dejan de vibrar en lo que sería su resonancia original, surge la enfermedad. Remover todas esas zonas vibratorias supondría la cura del individuo.
Con la enfermedad hay un desequilibrio energético, por eso todos los cuerpos deben alinearse, lo que puede lograrse con el reequilibrio de los Chakras. Además el organismo también requerirá de una alimentación adecuada para desintoxicarlo de tanta negatividad. La Medicina Natural hace también lo suyo a través de los tratamientos a base de hierbas.
En realidad hay mucho que decir sobre la enfermedad, pero lo importante es que vayas asimilando un nuevo conocimiento sobre su origen, nuevos términos que te ayuden a entender que tú eres energía y que estás en esta Tierra para vivir a plenitud, sin dolor, ni enfermedad. Hasta la próxima.
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