Para tener una vida con propósito hay que saber diferenciar lo que estamos haciendo bien o mal, lo que nos está ayudando o impidiendo avanzar. No se pueden hacer cambios si no se identifican las debilidades o esas creencias limitantes que te mantienen en el mismo lugar, quejándote.
El lugar al que me refiero no necesariamente es un sitio físico, puede ser el estado en el que te encuentres, que te hace vulnerable a todo y no logras experimentar cambios vitales e importantes para tu vida.
Leí por ahí que “Un pequeño cambio positivo puede cambiar tu día entero o tu vida entera” y es así, un solo paso que des para cambiar en positivo te transforma.
Es el despertar de consciencia que el planeta está necesitando de toda la humanidad, que se comprometa a ser cada día un mejor hijo de este cosmos, del universo, de nuestro Creador.
No se puede tener una completa Realización si no se contempla la posibilidad de un cambio en todos los niveles, porque siempre hay algo en qué trabajar. Puede que estés muy bien de salud, quizás emocionalmente también, pero tal vez te falta más conexión con tu fuente y allí es donde debes empezar a trabajar; puede ser lo contrario, pero todo debe estar en equilibrio: cuerpo, mente, espíritu, porque somos reflejo de un trino divino, al cual debemos ver con reverencia y total humildad.
No dudes en iniciar ese cambio positivo que requiere tu vida por tu propio bien y de quienes te rodean. Quien se atreve a un cambio es una persona consciente de que algo mejor le espera, que no tiene que resignarse a vivir una vida en la carencia y el dolor, que cuenta con su propia fuerza interior para emprender esa vida de logros, solo hay que empezar con lo que se tiene y, sobre todo, con lo que se quiere.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion
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