Hay un poema muy hermoso de Mario Benedetti que se titula de esta manera: No te Rindas y te invita a buscar esa llama muy especial que aún perdura en los seres humanos, a pesar de las adversidades.
Lo mismo pienso yo; cada ser humano nació con ese fuego en su Espíritu, que emerge de él en esos momentos en el que cree, ya no le queda nada.
Mucho de esas ganas de renunciar, viene de las falsas creencias que nos han inculcado, sobre todo esa que dice que “Todos tenemos un límite”, y sí hay un límite para todo, pero eso no significa que debas renunciar porque otros te digan que ya no puedes. Siempre hay una razón para seguir, siempre hay un sueño que perseguir, siempre hay una luz, esa que vez a lo lejos, pero aún la ves.
“Aunque el frío queme y el miedo muerda, no te rindas”. Hay personas con mucha capacidad para aguantar tempestades, otras que se derrumban ante cualquier obstáculo, pero ambos tipos de personas están dotadas con las mismas habilidades, solo que una parte las usan a favor, mientras que el otro grupo utiliza esa energía para contar todas sus miserias y hundirse en su propio estado de tristeza y desolación.
Si pudieras detenerte a pensar en lo realmente importante, te darías cuenta que la propia vida te recuerda que tienes siempre dos caminos para elegir: la vida misma o la sobrevivencia en la oscuridad. Cuando alguien te pide No te Rindas, es porque sabe que a la vuelta de la esquina está la salida, está la solución y, a veces puede que tengas que cruzar más esquinas, pero ten la certeza que la puerta siempre está abierta para quienes la buscan.
Cada vez que alguien dice que No puede Más, recuerdo cuando un maestro oriental me decía: estás a un sólo un paso de alcanzar la meta, solo camina un poco más, cosas que se entienden cuando se tiene la mente abierta.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion
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