Si quieres que tu vida sea la que esperabas, la que soñabas, comienza a confiar más. No es casualidad que te pasen cosas malas cuando siempre estás esperando lo malo, porque te has acostumbrado a que lo malo sea para ti.
Seguramente creciste en un mundo con muchas carencias, tanto afectivas como económicas y decidiste no esperar más cosas buenas, solamente vivir de acuerdo a lo que te depara cada día. Hoy te sugiero dejar el miedo a lo nuevo, a lo bueno y comenzar a actuar de acuerdo a lo que deseas. Si quieres encontrar, por ejemplo, un mejor empleo confía en que te lo mereces, no le des tantas vueltas al asunto, sólo comienza a postularte en aquellas empresas o sitios donde siempre quisiste estar.
Si no dejas atrás las dudas sobre lo que puedes lograr, nunca sabrás de qué eres capaz; sólo da el primer paso que el universo te premia, acomodando todo para que tú puedas alcanzar esa meta. El miedo, las dudas, la desconfianza, el desmerecimiento, todas forman parte de una gran familia de debilidades que debes combatir para que emerja ese ser lleno de virtudes y capacidades, con las cuales naciste. Siempre que se tiene la determinación de hacer algo, las dudas se van disipando y en su lugar aparece la confianza, el mérito que tienes porque quizás has trabajado mucho sin ver la recompensa que en el fondo anhelabas.
Si creciste en medio de una familia que no valoró o ayudó a promover tus talentos, tampoco importa ya, siempre hay tiempo y, por supuesto, hay que tener la suficiente valentía de asumir riesgos, reconociendo que tú y sólo tú eres el creador de tu destino, co creador de tu propia suerte junto al Padre Madre Universal. Las dudas son para personas que no quieren salir de su zona de confort, no seas tú uno más, sacando como excusa el no tener habilidades, cuando en realidad es temor a lo desconocido, a las cosas buenas que hay detrás de intentar hacer algo que soñamos.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion
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